Usuario: (manu) Manuel Monteagudo Lopez
Fecha de publicación: 02.09.2016
un film bastante fallido para una premisa de lo mas interesante que se desarrolla de manera bastante rutinaria y con una irregularidad en su tono que, lo que se consigue, es la frialdad a la hora de entrar en la historia....cuando sus creadores pretenden todo lo contrario. Se busca la emotividad y el melodrama de forma tan desmedida y tan poco elegante que el espectador no termina de entrar al no creerse un relato que, en su concepto, resulta bonito y bastante dramático, pero que no profundiza ni desarrolla lo mas mínimo. Es cierto que no aburre y Tornatore se las busca y desea para no aburrir al espectador pero la manera de afrontar el relato resulta tan irregular y errónea que es una pena que, con semejante equipo detrás, estemos ante un producto que no quedará en la memoria del espectador debido a la superficialidad con la que trata un tema que podía haber dado lugar a planteamientos muy interesantes.
Y aquí entra también el nuevo trabajo de Morricone. Si nos ceñimos a la composición de forma aislada, sin duda, el trabajo del compositor resulta excelente por la gran carga emotiva que desprende y por el tono romántico y dramático que destilan la mayor parte de sus temas (también hay hueco para el suspense, desde luego), describiendo mejor el tono por el que debería moverse el film que sus propias imágenes y libreto. Se nota el esfuerzo del maestro por dotar de emotividad a su historia e imágenes gracias a una composición bastante bella cuando se escucha de forma aislada.
Ahora bien, dentro de la película, la música de Morricone no termina de cuajar, y no es por la banda sonora en sí, sino por la propia película y la manera en la que hace uso de la música, por momentos muy acertada pero en otros de muy dudoso gusto. Su uso dentro de la película resulta bastante irregular por que nunca termina de encontrar su sitio, al igual que el tono de la película, y durante buena parte de la película se usa como momentos de transición en la que su utilización solo ayuda a que el relato sea mas "ligero" o mas "emotivo", por que confunde el hecho de que con solo su música puede resultar conmovedor. Y aquí, mas que de Morricone, está el error de Tornatore...pensar que con un par de melodias bonitas su estilo puede quedar definido, resultando precisamente lo contrario. Como ejemplo está el clímax final, donde Morricone crea un precioso tema que, a la hora de manejarlo con las imágenes, resulta bastante sonrojante a la hora de manejar el melodrama mas barato, y del que apenas se ha tenido oportunidad de desarrollar, por que, precisamente, está mas centrado en hacer llorar al público desesperadamente que unir cualquier tipo de relación musical con la misma.
Aún así, es indudable que el film tiene momentos musicales muy acertados (mas aislados que en su conjunto, eso si) y que ayudan a que el film tenga un mayor peso en su totalidad, aunque es una lástima que la mayor parte, sea para escenas de transiciones. Las escenas que mejor funcionan musicalmente: cualquier momento de suspense, en la que la fusión de música e imagen queda de maravilla, y especialmente el tema de 13 minutos (casi íntegros en la película) que Morricone nos regala y que, aunque sea para escenas de transición, es sin duda el mejor momento musical del film, pues es el único momento donde se consigue dar con el tono perfecto de la película, manejando una simbiosis impecable.
Así, La correspondencia es una colaboración algo menor en la carrera de ambos artistas, aunque esta vez sean por los motivos del director, pues, desde luego, Morricone ha creado una música excelente en su escucha aislada, que a la hora de ponerla en imágenes, resulta meramente correcta al utilizarla como mero acompañamiento intentando reforzar el tono del film con escenas de transición sin que nunca explote o desarrolle sus propias intenciones, quedándose la mayor parte de las veces en un segundo plano, que, tratándose de quien es, molesta un poco. Pese a todo, tiene momentos magnñificos, sin duda, pero posee otros, que debido a la manera en la que Tornatore hace uso de su música, provocan una descarada mirada de condescendencia por la forma en la que se intenta manipular al espectador. Una pena que las limitaciones del film arrastren a la composición de Morricone, que hace su trabajo lo mejor posible.