Una expedición de científicos en la Antártida es atacada por una extraña forma de vida que se apodera de los cuerpos.
Elaborada y sofisticada partitura en la que el compositor escribió melodías frías, gélidas y tenebrosas, que enfatizaban el lado más oscuro y desesperado de la película, de modo apocalíptico e implacable. Su lenta progresión, la repetición hipnótica de su motivo principal y su ambiente genérico la convierten en una de las grandes creaciones del compositor para el cine de terror.