Los seres humanos del futuro han superado el dolor y las enfermedades, e incluso algunos están evolucionando tan rápido que sus cuerpos generan nuevos órganos de función desconocida. Un hombre que padece de un doloroso síndrome de evolución acelerada, realiza performances artísticas durante las cuales se somete a la extracción de éstos órganos en vivo y en directo para sus admiradores. Su vida dará un vuelco cuando uno de sus seguidores le proponga realizar la autopsia del cadáver de su pequeño hijo.
Reseña de José Manuel Contreras:
Compleja y sugerente creación muy en la línea de los aportes anteriores de Howard Shore al cine de David Cronenberg, siendo esta una de las más contenidas y directas de toda la filmografía conjunta. La música se estructura en torno a cuatro motivos principales hilvanados por la breve pero contundente frase creada para el protagonista. Shore une esos motivos al inicio y final del filme, dando una sensación de evolución cíclica adecuada para el viaje moral y físico de Saul, mientras que en el resto de la película los usará casi siempre separados para expresar horror, fascinación y misterio. Además, existen algunas músicas diegéticas cercanas a la electrónica y el techno, que se ajustan y son coherentes con la estética sonora del total de la partitura. En su conjunto, aunque variada y con una plétora de recursos que van desde la electrónica al quinteto de cuerdas, se trata de una música sólida que se apega con precisión y profundidad al sombrío discurso propuesto por Cronenberg.