Secuela de Wo hu cang long (01), ambientada veinte años después, en la que la protagonista sigue buscando la espada, pero un señor de la guerra también quiere hacerse con ella...
Banda sonora que en nada se acerca -siquiera remotamente- a la de Tan Dun para el filme de 2001 y que además supone uno de los trabajos menos relevantes de Shigeru Umebayashi, autor aquí de una creación muy plana, sin garra, que que no despega en ningún momento. Los recursos étnicos insertados en la música son obvios pero no contribuyen a darle al conjunto ni fuerza ni trascendencia en lo enfático ni en místico. Es monótona, aburrida, su tema principal poco interesante y su estructura muy débil. Una partitura que arranca apagada y finaliza casi moribunda.