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DESIERTO DE LOS TÁRTAROS, EL

INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA
Compositor: Morricone, Ennio
Sello: Screen Trax
Duración: 49 minutos
INFORMACIÓN DE LA PELÍCULA
Título original: Deserto dei Tartari, Il
Director: Valerio Zurlini
Nacionalidad: Italia
Año: 1976
ARGUMENTO

Un grupo de soldados protegen un fuerte ubicado en pleno desierto, y en la espera surgen diferencias entre ellos.

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PUNTUACIÓN USUARIOS
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Total de votos: 6
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COMENTARIO MUNDOBSO

Partitura dramática en la que el compositor aplica un poderoso tema principal, lánguido y marcial, que se complementa con otros atonales y obsesivos, como reflejo del aislamiento de los personajes y sus conflictos.

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Usuario: Ángel González
Fecha de publicación: 16.11.2023
Para hablar de la creación de Morricone para Il deserto dei Tartari, en mi opinión, no es solo necesario desentrañar el papel que juega su música en el filme de Valerio Zurlini, sino que resulta imprescindible entender la novela de Dino Buzzati en la que se basa. Considero este un caso remarcable de transversalidad artística, donde la suma de visiones y aportaciones (en este caso de Zurlini y Morricone) no solo no va en demérito de la novela de Buzzati, sino que le aportan una dimensión complementaria que enriquece nuestra comprensión de lo narrado.

En la novela Buzatti es un narrador omnisciente, que cuenta, exolica, anticipa, y habla directamente y sin miramientos acerca de las (malas) decisiones, de las metas en la lejanía que pueden descuidar los objetivos cotidianos, y del inapelable e irreversible paso del tiempo. Remarca el peso creciente del tiempo perdido por la constante espera de algo incierto, y nos pone ante el espejo de esa extraña voz interior que hace que nos aferremos a horizontes improbables antes de intentar cambiar nuestras rutinas. Y más cosas, porque es una novela extraordinaria. Es Buzzati, no Giovanni Drogo (el personaje principal) ni ningún otro personaje, quien reflexiona en voz alta y utiliza el espacio (la fortaleza Bastiani, con el desierto al sur) y el tiempo como aliados indispensables de su narración.

La fortaleza Bastiani es una metáfora a diversos niveles, incluso contradictorios (como nosotros, claro): es refugio y es barrera; es sueño y es pesadilla; es el espacio propio y también la soledad... Las decisiones propias marcan en cuál de los dos puntos opuestos nos encontramos.

Zurlini lleva a la pantalla el existencialismo de la novela pero no la novela exactamente. A ver si me explico. Se toma bastantes licencias y prescinde de la voz explicativa de Buzzati, pero se empapa de su espíritu. La baza que juega el director es aportar una visión externa, no empática, donde el peso del espacio y el tiempo sugeridos por Buzzati gozan de una plasmación práctica controlada y excelente. En la novela podemos hacernos una idea, crear una imagen mental, pero en el filme esto se concreta en algo físico (la fortaleza, el desierto, la casa de Drogo, e incluso la dilatación temporal).

SPOILERS

Mi primer visionado de la película de Zurlini fue sin haber leído la novela. Y pensé en que el ritmo era cadencioso y no pasaba casi nada; que el reparto estaba desaprovechado, con personajes demasiado esquemáticos y actuaciones -en algunos casos- muy forzadas; que la historia avanzaba a trompicones... Pero también creí que poseía una poética extraña y atractiva, y contaba con una parte final demoledora, desde que Drogo cae enfermo.

Una vez leída la novela decidí revisitar el filme. Y percibí lo mismo que antes, pero lo valoré de una forma muy distinta. Noté audacia en la propuesta de Zurlini. Decide mostrar el vacío y la nada a través unos personajes que deben parecernos deliberadamente esquemáticos (aunque creo que habría sido mejor acudir a rostros menos conocidos), casi como fantasmas o personas cuyas emociones han sido engullidas por el paso del tiempo.

Zurlini no habla directamente del tiempo perdido. Aquí no hay voz en off para suplir a Buzzati, recurso que podría ser tremendamente cargante e impostado, aunque ciertamente más ortodoxo. Él prefiere aportar la esencia del relato gracias al extraordinario valor simbólico de lo escrito por Buzzati.

A Zurlini parece no importarle la credibilidad de los personajes. Los despoja de alma, aparentemente. Los convierte en esclavos de sus metas más lejanas. El poder del filme de Zurlini reside en lo que no se dice. Y por ello creo que es tan importante la unión de novela y filme, porque aportan enfoques complementarios y enriquecedores para ambas partes. Para entendernos, la obra de Buzzati es soberbia por sí misma, pero el filme de Zurlini le aporta una dimensión adicional que convierte a ambas en una obra maestra interdisciplinar.

Y aún no he hablado del papel de Morricone en Il deserto dei Tartari, o quizás sí, porque Morricone es quien le pone voz al filme de Zurlini, asumiendo sintéticamente el papel de narrador omnisciente de Buzatti. Zurlini no habla directamente del tiempo perdido, le deja a Morricone que aporte esa información esencial. Pero también aportará más información valiosa al filme (e incluso a la novela, perdónese la osadía).

1. El tiempo como rutina infinita: En la fortaleza hay música diegética. Un pequeño grupo de músicos ameniza las cenas de los oficiales, pero la melodía siempre es la misma. Suena el mismo tema como reflejo de que nada cambia en la fortaleza Bastiani: es un fortín, incluso para el paso del tiempo, aunque en realidad es un autoengaño.

2. La posible batalla contra los Tártaros, como metáfora de los sueños que nunca se cumplen: Morricone emplea las trompetas de forma marcial, como un estado de constante alerta en espera de un peligro incierto. Es esa pulsión que sirve de argumento y motivación a aquellos personajes que quieren permanecer en la fortaleza Bastiani.

3. Espacios amplios y tiempo suspendido: Espacialización armónica y melódica. Esta es la idea detrás de uno de los dos temas centrales creados por Morricone. No es el principal, y aparece durante el viaje de Drogo hacia la fortaleza, con un timbre que –reconozco- no me encaja, y que reaparece transformado en más ocasiones. Aunque no creo que destaque especialmente es evidente que tiene un poder evocativo de los vastos paisajes desiertos, y de ese paso del tiempo por goteo. Al contrario que el tema principal, este no es un tema desesperanzado. No hay consciencia del tiempo perdido en él.

4. El tiempo perdido: El tema principal, como decía antes, es la reflexión de Buzzati sobre el tiempo irrecuperable, a la que le pone voz Morricone en la película de Zurlini. Lo hace con un tema desgarrador. Parece ser que solo cuatro notas le bastaron a Zurlini para darle el OK a Morricone y confiar en sus decisiones. Bien jugado. La escena inicial, con los títulos de crédito, es absolutamente definitoria. El tema de Morricone sintetiza el desaliento de Buzatti y acompaña a Drogo en la casa materna que abandonará sin marcha atrás.

Es un tema descorazonador y empático, formalmente es conciso. Es muy interesante que este tema sea como una marcha que languidece (un pequeño cambio de tono y sería una marcha militar). Su ritmo pausado marca aquel paso del tiempo, pero visto hacia atrás, como un lamento por el tiempo no recuperable.

Aparte de la escena inicial esta música surge en la fortaleza asociado a un oficial enfermo (muy importante en la novela, no tanto en el filme), el cual, teniendo la posibilidad de tomar una baja médica y abandonar la fortaleza, decide continuar a costa de todo, incluído su vida. Con él se anticipa el final de Drogo y la música de Morricone lo recalca y le dota de una importancia más acorde a la novela).

Pero restan aún tres momentos esenciales en los que hace acto de presencia el melancólico y bellísimo tema principal:

- La visita fugaz a la casa de su madre (vacía, claro) en la cual Drogo comienza a tomar consciencia de ese tiempo perdido. La decisión de que Drogo toque esas cuatro notas en el piano, como mención diegética, es un acierto mayúsculo de director y compositor para que el mensaje que ilustra la música se entienda asumido por el personaje.

- Drogo, ya muy enfermo, es informado por Simeón (antiguo compañero oficial, nuevo mayor rango de la fortaleza) de que va a ser trasladado, justo en el momento en que los tártaros atacarán Bastiani. Se trata de una escena brillante, punzante, durísima, en la cual se frustra el sueño de juventud de Drogo.

- Los tártaros atacan pero Drogo se va en carruaje y fallece y llegan los títulos de crédito finales, porque el ataque de los tártaros es lo de menos: no es lo que importaba en esta historia. El final es mucho más duro que en la novela, pero es consecuente con la visión de Zurlini.

Una grandísima banda sonora por su implicación narrativa.
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