Secuela de Fantômas (64), en la que el criminal enmascarado pretende secuestrar a un científico, por lo que Fandor, el periodista/salvador del mundo, acepta hacerse pasar por el científico.
El compositor siguió exactamente los mismos esquemas musicales del primer título, con temas sesenteros y finalidad humorística. Aunque fuera más de lo mismo, lo cierto es que era algo inevitable. Se acompaña de Fantômas (64), Fantômas contre Scotland Yard (66).