En plena Edad Media, un caballero árabe debe abandonar su hogar en Bagdad para unirse a un grupo guerrero de vikingos, que lo convertirán en héroe.
Un arranque imponente abre el camino de esta partitura sinfónica donde el compositor combina melodías árabes y otras que emulan las de los antiguos vikingos, aderezadas por coros. Ofrece un recital en el que queda impreso el categórico estilo con el que en tantas ocasiones ha dignificado el cine épico y, aunque no alcance en brío de sus obras previas, no deja de evidenciar que el veterano maestro goza de gran energía.