El último vuelo de la gran obra aeronáutica nazi, que se destruyó poco antes de tomar tierra, en uno de los habituales filmes de catástrofes que se realizaron en los setenta.
Banda sonora dramática, en la que el compositor prioriza la fatalidad de la tragedia anunciada sobre el apoyo a la acción. Destaca por la aflicción de algunas de sus melodías. Inicialmente, el compositor había escrito un tema para soprano y trompeta, que el director aceptó. Pero un ejecutivo del estudio protestó, alegando que "no se entendía la letra". Se le indicó que no había letra que entender, pero el ejecutivo insistió que eso era confuso, por lo que ordenó la sustitución de la soprano por una trompeta y la trompeta por vientos.