Triller político shakesperiano sobre el asesinato de César y los conflictos que surgen entre Marco Antonio y Bruto.
Partitura que se engloba dentro de la serie de películas de corte histórico a las que Rózsa puso música. Aquí, contrariamente a lo que hizo en Quo Vadis (51) el compositor prefirió recurrir sólo esporádicamente a la música de época, dado que entendió esta obra como un drama contemporáneo al que ese tipo de música podía perjudicar: "Si 'Julio César' no hubiera sido más que un filme histórico sobre César, hubiera empleado música de época. Sin embargo, era mucho más que eso. Era una tragedia de Shakespeare y su soberbio lenguaje es el espejo del momento en que fue escrito, los tiempos de la reina Isabel. Y el lenguaje es el que impone el estilo (...) Si hubiera compuesto de forma 'romana' hubiera perjudicado a Shakespeare, pero si hubiera empleado música de la época isabelina, hubiera sido anacrónico desde un punto de vista histórico. Decidí entenderlo como un drama universal sobre los eternos problemas del hombre y su tiempo (...) Escribí la misma música que hubiera hecho para una representación teatral moderna, expresando mi propio lenguaje musical para una audiencia moderna, tal y como Shakespeare expresó su propio lenguaje para su propia audiencia".