Recreación de la vida del Dalai Lama, conocido por los tibetanos como Kundun (La presencia), que fue forzado a abandonar su tierra en 1959 ante la persecución de la China comunista, viviendo en el exilio desde entonces.
Partitura minimalista en la que el compositor recurre a instrumentación occidental combinada con instrumentos tibetanos y voces de monjes, con el propósito de dotar a la película de un aire místico, pero también reforzar la enorme belleza tanto de los paisajes como de los ideales del protagonista.