Remake de The Blue Lagoon (49), sobre dos niños que sobreviven a un naufragio y llegan a una isla desierta, donde crecerán y en la que se necesitarán mutuamente para poder sobrevivir.
A pesar de tratarse esta de una película nimia, casi ridícula, el compositor escribió una exultante partitura romántica, con una bellísima melodía principal, complementada con otro tema destinado a otorgar un aire bucólico y paradisíaco. Sobre ambos temas se desarrolla el grueso de la banda sonora, complementada con otras músicas de acción, más circunstanciales.