Un joven abogado, algo idealista, es la única esperanza para una pareja de ancianos cuya compañía de seguros no les quiere pagar por una operación que no se realizó en su hijo y que le hubiera salvado la vida.
Partitura en la que el compositor recurre al jazz y lo conjuga con una serie de melodías suaves que cumplen con la función de ambientar y acompañar este drama judicial.