Lobezno, amnésico, busca respuestas sobre su pasado en el mundo del crimen organizado de Japón, donde un hombre al que salvó la vida en el pasado le ofrece algo que lleva tiempo deseando: hacerle mortal.
El compositor aplica una banda sonora oscura en la que resalta más las sombras que las luces del protagonista, con una música que contribuye también a ambientar un entorno decadente, violento, con interesantes inserciones de música nipona, para el contexto. Hay también temas dedicados a aderezar la acción, más convencionales, y en su conjunto se trata de una obra que, aunque algo dispersa, otorga entidad a la película y aporta un tono moderadamente gótico.