Un hombre jubilado se encuentra a un vagabundo, al que ayuda. En sus pesquisas por averiguar su procedencia, empieza a sospechar que puede tratarse del poeta Federico García Lorca, que entonces no habría sido asesinado cincuenta años atrás.
Hermosa e intensa creación en la que el compositor refleja un suspense de aire fascinante, a modo de exposición musical de la curiosidad e interés creciente del protagonista por la persona a la que ayuda. Cuenta con el decidido apoyo de las cuerdas y del piano, recreando una atmósfera turbadora pero también poética, que se resuelve de modo exultante con la voz de Dulce Pontes cantando un poema de García Lorca, con la música del compositor