Secuela de Lake Placid (99), con tres gigantescos cocodrilos que aterrorizan a los turistas que pasan unos días en el lago.
Banda sonora con poderoso tema principal, que al compositor le sirve tanto para referenciar la amenaza de las bestias como la vulnerabilidad de las víctimas, y del que saca buen provecho, complementándolo con melodías dedicadas al terror y al ambiente.