Un hombre exhibe en un pequeño pueblo una singular película de ciencia-ficción que provoca la histeria de sus habitantes.
Este es un Goldsmith simpático pero menor en relación con su trayectoria. Firma una banda sonora que desarrolla con la casi omnipresencia de un bello y notable tema principal sobre el que ejecuta variaciones y se destaca por su tono cálido y sentimental, encantador, que le da un adecuado aire nostálgico al filme.