Secuela de The Nun (2018). En 1956 en Francia, un sacerdote es asesinado y parece que un mal se está extendiendo. La hermana Irene una vez más se encuentra cara a cara con una fuerza demoníaca.
Siguiendo la línea que Abel Korzeniowski aplicó en el anterior filme, esta banda sonora genera una atmósfera tóxica en base a música perversa en la que la orquesta sinfónica, la electrónica y los coros aportan una epicidad siniestra, poderosa. Hay referencias religiosas pero están corrompidas, como poseídas por lo demoníaco. En su conjunto no supera la partitura anterior ni aporta nada que sea de especial relevancia, pero cubre con solvencia sus cometidos.