Un pequeño pueblo vive completamente ajeno al resto de la civilización, donde a a nadie le importa nadie, y donde se ha impuesto la ley del más fuerte. Pero tras el asesinato de un chico, una banda de jóvenes del pueblo guiados por su afán de venganza, decidirán tomar las riendas creando una organización que no se detendrá en su objetivo de cambiar el mundo.
El compositor aplica una partitura destinada a la recreación de un entorno de cuidado vacío existencial, casi desértico, que fomenta una mayor sensación de aislamiento, pero una vez presentado como tal, incorpora inicialmente un toque irónico e inmediatamente una creciente emotividad que va tomando forma, que va impregnando el conjunto de cierta sensación de melancolía y tristeza y que acaba transformando lo que es ambiental en dramático y el vacío en vida. El discurso y la evolución son coherentes, aunque le falta algo de ímpetu y por momentos es algo estancada. Se acompaña de 70m2 (11).