Un muchacho se hace cargo de un caballo salvaje herido, y con sus cuidados el animal y el joven entablan una buena relación.
Partitura en la línea de las creaciones más sensibleras del compositor, cuyas melodías, aunque hermosas, contribuyen a edulcorar la película, ofreciendo una perspectiva exageradamente bucólica, aunque indudablemente ese era el principal propósito. En los componentes más dramáticos también se percibe un cierto exceso de afección.