Una alcohólica que se dedica a la prostitución presencia el asesinato de dos policías a manos de narcotraficantes. Recoge un portafolios con direcciones donde los mafiosos blanquean dinero, y decide robarles.
Partitura realizada mayoritariamente con sintetizadores, con la que el compositor dota a la película de un ambiente muy árido y desangelado, tanto por el carácter urbano del filme como por la desgraciada existencia de la protagonista. Su música contribuye decisivamente a generar una sensación de asfixia, de falta de oxígeno, de asfalto ardiente. Se acompaña de Sin noticias de Dios (01).