En el Cielo hay escasas almas que entran, mientras que en el infierno hay avalancha de nuevos internos. Los del Cielo reciben la petición de una madre les pide salvar el alma de su hijo y mandan a la tierra a uno de sus ángeles más capacitados quien, haciéndose pasar por la mujer del boxeador, intentará llevarse su alma. Pero los del infierno envían a una agente para impedirlo.
Divertida creación en la que el compositor aplica música con referencias a la de Bernard Herrmann pero para dar un tono grotesco y desenfrenado, donde prima lo caótico y de la que se destaca su tema principal. Se acompaña de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (95).