Unos muñecos militares deciden organizarse para combatir a un compañero que se ha levantado en armas y pretende sembrar la destrucción.
Las aventuras bélicas entre muñecos computerizados han dado pie a una partitura con buen sentido del humor, algo poco frecuente en el autor, quien aquí funde su estilo intenso y contundente con breves pero ingeniosas autoparodias y también referencias a la música militar americana o a los filmes de romanos. La película se convierte así en un auténtico festival musical, de intensidad deliberadamente exagerada.