Remake de Poltergeist (82), terror con el enfrentamiento entre una familia y unos fenómenos sobrenaturales que hacen acto de presencia a través del televisor, secuestrando a una niña y llevándola al más allá.
Obvia decir que esta banda sonora no resiste comparación alguna y en modo alguno con la legendaria creación de Jerry Goldsmith, pero al menos está por encima de bandas sonoras recientes de remakes clásicos, como las infames Carrie (13) o Robocop (14), por citar un par de referencias. Es una banda sonora no hecha para rellenar espacios ni para ofender la inteligencia del espectador, es solvente y tiene cierta fuerza e intensidad, pero falla por una estructura débil y por la falta de consistencia en la personalidad de la música: hay un comienzo prometedor, pero las músicas del mal al final son solo músicas del mal, sin que personifiquen ni personalicen aquello a lo que representan, de modo que acaban por diluirse y no ser significativas ni siquiera muy amenazantes al espectador. La música para la familia, por otra parte, es demasiado sencilla y dificilmente puede funcionar como contestación a las otras músicas. Todo acaba por ser un intento fallido, pero al menos sí se ha intentado hacer algo digno.