Una muchacha de origen humilde y comportamiento frívolo es empleada en la mansión de una familia profundamente conservadora y provoca un quebrantamiento en sus valores morales.
Cálida partitura que le sirve al compositor para dar un cierto toque de humor y arropar a los personajes. Sustentada básicamente con instrumentos de cuerda y viento, y con un muy especial uso del harpa, la partitura es lírica y muy agradable, con breves incursiones de jazz. Todo ello para reflejar el inicial estado de paz y tranquilidad que se respira en el ambiente. El filme, en todo su desarrollo, es tranquilo y pausado, y la música no altera en absoluto ese estado.