El Tribunal Penal Internacional de la Haya envía a un oficial de policía a Srebrenica en busca de pruebas del genocidio llevado a cabo por los serbios de Bosnia. Seis años de investigaciones junto con un equipo internacional entorpecidos por innumerables obstáculos llevarán al tribunal a instruir el caso por el que hoy se acusa a Karadzic y Mladic.
Este es uno de los Morricone más viscerales en los últimos tiempos: partitura de extremos, sin concesiones, donde el compositor lleva lo dramático a niveles casi angustiantes, asfixiantes, lo que unido a la fuerza amenazante de un temario hostil, agresivo (obsesivamente percusivo) revierte en una creación que a no pocos puede parecer demasiado exagerada. No es así, en realidad, en tanto su música no es más que la expresión viva y tenaz de la injusticia, de la inhumanidad. El compositor aplica una desgarrada voz femenina como referente del dolor, y su tema principal es, pese a su crudeza, de enorme lirismo.