Videojuego de aventuras y rompecabezas en el que un joven despierta en una isla paradisíaca y debe intentar escapar.
Reseña de Ignacio Marqués Cuadra:
Bellísima banda sonora ambiental y dramática que conceptualmente guarda ciertas similitudes con las de otros juegos como Journey (12), al tratarse también de un videojuego sin diálogos y apenas explicaciones (únicamente las que dan los escenarios o los avances en la aventura), recayendo en la propia música una parte muy importante de la narración. Se trata de una creación con la doble función de, por un lado, construir una atmósfera lírica y apacible para recrear los bellos y mágicos escenarios de la isla y, por otro lado, establecer un recorrido dramático y emocional que se consigue mediante el uso de un bello tema principal que se va desarrollando junto a otros temas centrales conforme se van superando obstáculos y va avanzando el viaje, hasta un final liberador muy bello y una versión del tema principal en forma de canción. En general, es un planteamiento similar al que realizó Austin Wintory en el anteriormente citado juego, pero con una música también muy original y estilísticamente diferente que, por citar alguna referencia, quizá se podría acercar más a lo hecho por Joe Hisaishi en algunas películas de Studio Ghibli, con un muy destacado uso del piano y las cuerdas. Es una creación musical muy notable, de la que en ocasiones tal vez se llega a hacer un uso muy abundante, pero que está concebida de manera que constituye una parte muy importante del videojuego, siendo una de sus principales vías de expresión y comunicación con el jugador.