Un fallido experimento para solucionar el problema del calentamiento global casi acaba destruyendo la vida sobre la Tierra. Los únicos supervivientes son los pasajeros de un tren que recorre el mundo impulsado por un motor de movimiento eterno.
El compositor arranca esta banda sonora con una música ambiental, para recrear un entorno de desolación, casi apocalíptico, con una serie de temas que, aunque convencionales, son eficientes. Es un punto de partida que pronto da paso a la parte cuantitativamente más sustanciosa, que es la dramática y la música para la acción. La primera es de tono frágil y melancólico, crepuscular y bello. La segunda es de considerable fuerza, con momentos vibrantes y grandilocuentes, intensos, que conducen hacia un final catárquico.