Versión del relato bíblico de Salomón, hijo del rey David, y la reina de Saba, empeñada en destruirle tras seducirle.
Lejos de la aparatosidad y artificiosidad de algunas partituras del cine bíblico hollywoodiense, el compositor elabora una densa, compleja y sofisticada banda sonora en la que recurre a sonoridades agrestes, músicas dramáticas, coros graves y naturalmente un colorido instrumental del período. Se acompaña de The Vikings (58).