Secuela de Sherlock Holmes (09). Holmes y Watson a recorren el continente desde Inglaterra hasta Francia y posteriormente a Alemania para terminar finalmente en Suiza tras las huellas de Moriarty.
El compositor da un firme paso adelante con respecto lo aportado en el primer título y saca mucho mayor provecho del tema principal, que modula y conduce por diferentes direcciones. Singularmente destacable es la intensidad de las músicas que se aplican para el misterio -graves, góticas- y que son contestadas por la deliberada frivolidad de un tema principal que pasa por el filtro zíngaro y que se convierte en un referente mucho más festivo y dinámico que en la anterior entrega. Esta no es ni pretende ser una partitura seria, sino una partitura de comedia y, por tanto, deliberadamente ampulosa y exagerada, hecha en base a los habituales códigos del género.