Un jardinero mata a una adinerada mujer sin motivo aparente y a continuación se entrega a la Policía. Es ingresado en observación pero el albacea testamentario, que cree que está fingiendo un trastorno mental para eludir la cárcel y que ha ocultado en algún lugar un millón de dólares, contrata a un actor de segunda fila para que desde dentro del manicomio trate de averiguar dónde está escondido el dinero.
Imponente y vigorosa creación dramática en la que el compositor se sumerge en lo más profundo de lo psicológico y emocional, con una partitura de enorme intensidad, visceral, rota, en la que la música atonal e impresionista se fusiona y confunde con la melódica y sentimental, que es desesperada y desolada, a modo de emulación del tormento por el que pasa el protagonista. Es una banda sonora en la mejor línea del compositor, con varios momentos extraordinarios. Se acompaña de Fate is the Hunter (64).