Durante un viaje del embajador japonés en EE UU por el viejo Oeste, unos bandoleros le roban una importante suma de oro y una espada milenaria. El guardaespaldas del embajador irá en búsqueda de ese tesoro.
Con el propósito de enfatizar la acción y dar un cariz legendario a la película, el compositor combinó la músic folk tradicional norteamericana con temas orientales, en los que aplicó instrumentos exóticos. Destacó por su imponente tema principal y una bella melodía romántica, de corte nostálgico.