Un misterioso y atractivo joven seduce a todos los miembros de la familia que le acoge, sin distinción de sexo ni edad.
Partitura densa y compleja, que se sustenta en una serie de temas atonales muy elaborados, con los que el compositor refuerza la ambigüedad y las dudosas intenciones del protagonista. Lo contrasta con unas canciones pop más frívolas, aplicadas para resaltar la banalidad del entorno en el que el muchacho se desenvuelve. Se acompaña de fragmentos de las bandas sonoras de Uccellacci e uccellini (66), Le streghe (67).