Adaptación de la novela de Graham Greene, versada en el mercado negro que domina las calles de Viena durante la postguerra.
A pesar de ser la única ocasión en la que trabajó en el cine, el músico ganó una fortuna gracias al enorme éxito de su creación, que acabó siendo uno de los grandes emblemas melódicos del séptimo arte. En el propio largometraje se hacía referencia a su música, que sirvió para dotar de cierto tono alegre a la ciudad de Viena, en contraste con el tenso argumento. Sobresalió su tema principal (que fue el que se hizo tan popular), y las distintas variaciones que le dio, pero creó algunos otros temas con la misma cítara.