Un frágil y solitario músico toca el piano en un local de escasa reputación para intentar superar el suicidio de su esposa. Un día, su hermano acude a pedirle ayuda, ya que está siendo perseguido por unos delincuentes. Para el pianista es el comienzo de una pesadilla, con crimen involuntario incluido.
Partitura de inspiración mayoritariamente jazzística, que sigue la línea tradicional en el género del cine negro y que se sustenta en buena medida en los temas que el protagonista toca en su local. Incluye también la canción "Framboise", a cargo de Bobby Lapointe. Este fue el debut en el cine de Georges Delerue. Truffaut quería en un principio contar con Jean Constantin, con el que había trabajado en Les 400 coups (59) pero éste tuvo que declinar la oferta al encontrarse inmerso en una gira. Se buscó entre numerosos músicos, pero no se halló a nadie que quisiera hacerlo. Por fín, el productor sugirió a Truffaut que probase con Delerue, quien sólo había trabajado hasta ese momento en dos cortometrajes. La película ya estaba rodada y completamente montada, y fue labor del compositor escribir la música que Charles Aznavour tocaba en el piano, que acompañaba además los créditos iniciales. François Truffaut caracterizó su filmografía por la escasa cantidad de música que se utilizaba en sus películas, pero este filme, con poco más de treinta minutos, fue una de las que más partitura tuvo.