En cierta manera, secuela de The Fugitive (93), en la que el policía Sam Gerard vuelve a estar tras la pista de un fugitivo, en esta ocasión un asesino de verdad.
Aunque la partitura tiene un aire similar a la que compusiera James Newton Howard para el filme de 1993, Goldsmith no hace sino ser consecuente con su habitual estilo de aderezar la acción e incrementar la tensión mediante melodías de contundentes efectos sonoros e instrumentales, con un tema principal destacado al que va dando sucesivas variaciones.