Melodrama en el que una mujer, hija de un pastor protestante, se enamora de un hombre que se burla constantemente de ella y al que, a pesar del paso de los años, sigue amando.
Partitura con un tema principal cálido que refleja no sólo el calor estivales en el que transcurre la acción sino el ardor de la protagonista. Se hace uso reiterativo de un pequeño vals que se emplea en diversas situaciones y con diferentes intenciones: describe, en movimientos tétricos, el delicado estado mental de la madre y, en falsa opulencia, el autoengaño en que se desarrolla la vida de la protagonista. Se trata de una composición expresamente falsa: refleja un estado de tranquilidad y felicidad sólo existente en lo más superficial. Cuando el verdadero conflicto estalla y ella se enfrenta a cara descubierta con su propio trauma, la música adquiere connotaciones atonales y que expresan el terror a verse a sí misma y a encararse a su diabólica madre.