Fantasías y aventuras con la rivalidad del marino Simbad y el hechicero Kaura por alcanzar la Fuente de la Vida Eterna.
Partitura que el compositor aceptó escribir una vez Bernard Herrmann no quiso trabajar en ella, por cansancio con el género, y una vez que se le aceptaron las condiciones de no hacer una banda sonora de aire pop comercial, que era lo que se buscaba inicialmente.
Rózsa, que había compuesto la música de The Thief of Bagdad (40), quiso también marcar diferencias con ese título mítico. Dijo al respecto: "a pesar de que ambas películas se inspiraran en la misma fuente, eran sustancialmente diferentes. The Thief of Bagdad era un cuento romántico, lleno de poesía y con elementos fantásticos. A este filme le falta romance y poesía, y está lleno de aventuras y monstruos. La primera parte se desarrolla en Arabia, por lo que la música tuvo ese tono árabe, pero cuando Simbad viaja a la India, entonces la música cambia su tono. Todas las situaciones y personajes tuvieron sus temas identificativos".
En su conjunto, esta banda sonora se acercó más a los postulados del Rózsa bíblico e histórico, aunque también hay referencias al cine negro en lo que concierne a la aplicación de la música al hechicero. La parte más melódica se dedica a Simbad y su amada.