La música en el cine puede conceder margen para la propia interpretación de su significado o puede imponer ese significado, sin que la audiencia pueda elegir. Todo depende de las necesidades de la película. Es evidente, por ejemplo, que la música del tiburón es la del tiburón para toda la audiencia, como la de Indiana Jones, la de Superman, etc... son músicas de significado y representación no cuestionable ni cuestionada.
Hay músicas, sin embargo, que sí dan ese margen de interpretación a la audiencia: ¿qué significa el tema principal de Out of Africa (85)?. Habrá quienes sientan que es la música de Karen Blixen, los habrá que la entiendan como la música de África, o la historia de amor... todas esas interpretaciones son válidas y aportan perspectivas distintas que, en realidad, enriquecen mucho la película.
También hay músicas abstractas, que no significan nada que pueda traducirse de modo inmediato en conceptos, o en palabras. ¿Qué significa el tema principal de The Third Man (50)? ¿Viena? ¿El juego del gato y el ratón?... y a pesar de no tener un significado tan evidente como el de la música del tiburón, aporta algo muy importante a la película: un aura, un color, un tono...
Jerry Goldsmith explicó cuáles eran sus intenciones en la creación de la banda sonora de Patton (70), y su pretensión de evocar el anhelo de reencarnación del general mediante las trompetas reverberadas resulta claramente abstracta. Forma parte de la creación artística y, como tal, al ser abierta puede ser interpretada de manera diferente, también válida.
Con el máximo respeto a la maravilla hecha por Jerry Goldsmith mostramos su visión y proponemos una visión alternativa de lo que puede significar su música. No pretendemos desmerecer la del compositor sino demostrar que la música de cine, a veces, puede reinterpretarse. ¿Es lícito hacerlo? Ahí lo dejamos.