¡Enhorabuena Conrado! Como siempre un análisis sencillamente magistral. Una banda sonora excelsa para una de las mejores películas de la década y que inició esa colaboración entre Desplat y Polanski que esperemos que dure muchos años.

Añadiría una idea que ya sugieres en el vídeo y que está muy presente en las bandas sonoras del cine de Polanski: la idea de iniciar y finalizar la película con el mismo tema musical, que sugiere que las cosas siguen igual que al principio y que los esfuerzos del protagonista no han servido para nada, como si su destino estuviera sentenciado desde siempre. Esa idea circular (tanto en las imágenes como en la música) aparece en muchas obras de Polanski: La semilla del diablo (con la nana acompañando el mismo movimiento de cámara), Chinatown (remarcando cómo el fatalismo vuelve a la vida del detective interpretado por Jack Nicholson) o Un dios salvaje (en la que incluso la música de los créditos iniciales y finales es la única que suena durante todo el filme). También se repite música al principio y al final de El pianista, si bien con un sentido más optimista: al finalizar la guerra, Wladyslaw Szpilman toca al piano el mismo tema de Chopin que interpretaba justo al comienzo y que no había podido terminar debido a los bombardeos. Creo que esa idea circular de la música aparece en más títulos de Polanski, pero ahora mismo no podría asegurarlo.

¡Saludos!

Estupenda disección sobre la que es una de mis bandas sonoras favoritas de siempre de Desplat. Es asombroso el modo en que se integra en la narración y hace puro cine con escenas sin ningún diálogo explicativo y donde solo imágenes y música se encargan de llevar al espectador por donde el director y el compositor quieren, de hacer surgir dudas, suspense e intriga a partes iguales. Fantástico.