Aparte de una "narradora" que acompañe al narrador de voz, y que enmarque la secuencia o la escena, diría que la música era para Truffaut algo que incluso podía "dirigir" la misma secuencia, como si se pusiera, figuradamente, al mismo nivel que el director a la hora de expresas sus intenciones respecto al argumento y al guión. Por eso era tan importante y la situaba junto a la voz en off del narrador omniscente. Y luego, por supuesto, está la maravillosa carta de amor que es La noche americana y la música diciéndonos que algo tan arduo, ingrato, fatigoso y pesado como el rodaje de una película puede ser también maravilloso si el director ama el cine y cada proceso de la producción de un filme. Una declaración de amor, como la película en sí.

Siempre me gustó Truffaut
Pero ahora me gusta más!