Clásico del cine de ciencia-ficción, en el que un grupo de tripulantes espaciales deberá vérselas con un terrible monstruo dispuesto a devorarlos sin piedad.
Partitura masacrada en el metraje final del filme, donde mucha de la música que el compositor escribió no fue finalmente utilizada y también mucha de la música que suena en la película no es del compositor, quien escribió una banda sonora asfixiante, gótica y opresiva, destinada no tanto a la descripción de la acción o del horror visual (que también) como a la penetración sutil en el inconsciente del espectador, provocando zozobra ante lo no visto pero temido. Podía haber llegado a ser una obra de referencia, pero el director lo impidió.
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