Usuario: David López Calderón
Fecha de publicación: 28.05.2016
Cada cierto tiempo, los amantes de la música de cine presenciamos el nacimiento de una nueva obra que puede tacharse de sobresaliente. Pero son muy pocas las ocasiones, en que tenemos la suerte de ver como se crea una partitura que además de sobresaliente, pasará a formar parte de la historia del género. Esto considero que ha ocurrido un número muy reducido de ocasiones en el Siglo XXI, un período convulso para las bandas sonoras, dónde el símbolo es la comercialidad y el método el convencionalismo. Pienso que al panteón de la inmortalidad sólo se han unido en lo que va de nueva centuria la trilogía de El señor de los anillos, la pasión de Cristo, El bosque y puede que alguna otra más por popularidad e imitación hasta la saciedad, que por su calidad, que aun presente, no es tan elevada como estas otras (Inception). Pues bien, a las mencionadas, se ha unido en 2014 Interstellar, una obra maestra en mi opinión, de la música de cine, la mayor obra de su autor, Hans Zimmer, el cual, caracterizado por su valor y su curiosidad innovadora, ha alcanzado aquí unas cotas de inspiración y madurez que le hacen mostrarse como lo que lleva mucho tiempo siendo: el compositor más influyente de nuestro tiempo y uno de los que más calidad atesora en la historia del séptimo arte.
Interstellar es un trabajo descomunal, inconmensurable, todos los calificativos mencionados para ensalzarla le van bien. Como música puede gustar o no a los oídos, porque esa es una cuestión tan subjetiva como el gusto, pero como componente de una película, y por tanto, entendida como lo que es, cine, su aplicación a este campo nos da como resultado el mejor trabajo desde hace muchos años. Una obra dónde nada está fuera de lugar, donde nada sobra, nada es comercial, todo está pensado, y lo más importante, en todo momento el compositor erradica sus propios excesos y concesiones de cara a la galería (lo cuál había lastrado otros trabajos suyos excelentes pero a los que le faltaba ese pequeño salto de maestría). Zimmer se muestra inspirado, centrado, comprometido, y sobre todo inteligente, una virtud que le rebosa por los cuatro costados. La película es un canto a la ciencia desde el punto de vista de las emociones. Narra una historia dónde ciencia y religión parecen fusionarse, y la materia prima de la mezcla es el amor. Y eso está perfectamente recogido en la esencia de la música, dónde la elección del órgano como instrumento central resulta determinante. Es la pieza que transmite al mismo tiempo divinidad y ciencia, luminosidad y metafísica. El órgano se encuentra respaldado además, por una amplia gama de cuerdas y de instrumentos de madera que reproducen la obsesión por el tiempo, con formas circulares y minimalistas, una idea magnífica, teniendo en cuenta que la idea central del film sigue los cauces de la teoría de cuerdas y la relatividad. Y que mejor para representar la frialdad del espacio, su ancestral presencia y su pureza, que esos coros primitivos y esos metales y secciones de viento nostálgicas, que te derriten el alma.
Si acertada es la gama de instrumentos escogidos, que decir de como se estructura temáticamente la obra, todo un ejemplo de como aplicar música de cine a una película. Para poder comprender como funciona una banda sonora, siempre he pensado que no puede analizarse un cd comercial, porque eso es música, no cine. Lo que te permite recoger todos los matices, todas las variaciones, todas las complicidades y guiños de la música, es la partitura completa. Esta obra por suerte, cuenta con sus "recordings sessions" publicadas a disposición del público, y es en esa edición en la que me centro. Poco más de dos horas de música dónde constantemente se utilizan construcciones con el órgano como elemento común, lo que otorga un matiz luminoso, esperanzador, apenas existe oscuridad, o fracaso, la música, como bien dice Conrado, protege, defiende, impulsa a los personajes. No existe la figura del antagonista, el único rival es el tiempo, entendido como distancia, por eso no hay contratemas, sino tiempos marcados, repetitivos que inundan la partitura, con mayor o menor celeridad y frenetismo. La música podría verse con una naturaleza espiritual y parece estar hecha en clave mimimalista-eclesíastica, lo que ha llevado a algunos a compararla ( e incluso a acusar de copiar, lo cuál me parece ridículo) con el Koyaanisqatsi de Glass. Cierto es que Zimmer, lleva tiempo aplicando a veces construcciones minimalistas, obsesivas, y parece una fuente de inspiración. Pero Interstellar tiene una personalidad propia, superior, más allá de toda referencia o influencia.
El esquema de la partitura es sencillo aparentemente, pero muy completo y variado si se ve en profundidad: Existe un tema principal, dedicado a la relación padre-hija, al amor entre Cooper y Murph, y a la promesa que los une: tienen que volver a verse, encontrarse al final de todo. Este tema reviste de dos versiones, aparece en dos modalidades. Los momentos de unión, dónde están juntos, dónde el amor triunfa. Cuando persiguen juntos al dron se presenta por primera vez, porque es el primer momento dónde actúan juntos ("Chasing Drone", titulado comercialmente "Cornfield Chase"). Pero véase que este corte se inicia igual que en los momentos en que aparece la segunda versión del tema, dónde se separan, se distancia, se echan de menos, dónde es difícil, apenas hay esperanzas, de volver a verse (Years Of Massages o S.T.A.Y, siendo este último un corte maestro, que representan la soledad la infinita naturaleza del espacio y entre todo ello brota el tema del padre y la hija, que se alejan), y el inicio es común, porque el sentimiento es el mismo, el amor de ambos que se potencia o deforma. Después de los momentos en que transcurre la misión y la lejanía se hace patente,vuelve a triunfar el amor. El momento en que se haya la solución al problema y la salvación de Murph y su éxito estan de nuevo más cerca, eclosiona de nuevo la primera versión "Quantifiable Connection", y cuando finalmente se reencuentran padre e hija (ya anciana) vuelve a brotar, inicialmente la versión triste, porque se han reencontrado sólo para volver a separarse, pero acto seguido, brota la versión poderosa,cálida, porque la promesa del reencuentro está cumplida y ambos pueden partir en paz "Where We're Going?".El uso de este tema principal como puede verse es magistral, inteligente.
Junto al principal, hay fundamentalmente dos temas centrales. Uno para Cooper, como piloto, lleno de valor. Pero no es un tema de héroe, sino de los actos del héroe y sus repercusiones. Aparece inicialmente en "Flying Drone", su primer acto de importancia, y explota en "Decoding The Message" y "Who's Tey", cuando Coop descifra las coordenadas y llega a la NASA siendo informado de la misión. Como este tema comparte un personaje con el principal sus esquemas son parecidos, circulares, obsesivos, y el órgano vuelve a destacar. Cada vez que Cooper actué en pantalla o se recuerde su labor, aparecerá este tema, siendo numerosos momentos: cuando se está asfixiando aparece en versión dramática (parte central de "Coward"), cuando muestra su valía acoplando las naves en movimiento, con carácter épico ("No Time For Caution"), cuando pierde la esperanza (No Need To Come Back, Landing In Tesseract, o cuando sus hijos le mencionan y recuerdan (Murph Comes Home, Afraid Of Time). El segundo tema central está destinado a la misión, y por ende a la humanidad, cuyo destino representa dicha misión. Puesto que el filme trata de salvar a la humanidad, cuando aparecen los títulos de apertura y el prólogo que cuenta la fatídica situación de la raza, se emplea este tema, en modo nostálgico, con secciones de teclados de viento (Dreaming Of The Crash). Habrá otros tres momentos dónde se usa, cuando Cooper se marcha, anteponiendo la misión a sus hijos, y de ahí que en la despedida no suene el tema de amor, sino este de forma dramática y terriblemente atronadora (Stay), cuando los héroes, en un último intento por cumplir la misión y alcanzar el tercer planeta, se dirigen al agujero negro para conseguir impulso (Detach, en versión no dramática ni emotiva como en Stay, sino épica) y finalmente, cuando Cooper regresa a la estación espacial, y se menciona su misión, enfocándose una escultura conmemorativa con los nombres de la misión (vuelve a sonar la versión lenta del principio, recordando la nostalgia por la humanidad y su antigua vida en la Tierra).
En todos estos temas, suele aparecer la cuenta del tiempo, recordando que es una cuenta atrás, se invade todo.
Y además, encontramos una amplia gama de temas y motivos secundarios, orientados a situaciones de menor importancia y secuencias concretas. Contamos con un tema para la gravedad: siempre que se la referencia, aparece (Combines West Haywire cuando la gravedad afecta a las cosechadoras, el principio de Decoding The Message, Dónde Cooper aprecia la influencia gravitatoria, I'm Going Home, cuando aterrizan en el segundo planeta y ven que hay gravedad, Entering Endurance, cuando inician la rotación para conseguir gravedad en ña nave. Otro tema secundario se dedica al espacio y la ruta que sigue la nave en él, con coros, cuerdas y tonos graves (Docking, Imperfect Contact, The Wormhole). Existe además un tema muy épico, apocalíptico, que aparece en referencia a la traición del Doctor Mann (Coward y No Time For Caution), dónde el órgano toma el control y se fusiona con el tema de Cooper, quien se enfrenta a Mann. Existe también un tema referido al engaño del profesor Brand, cuando el mismo es destapado (Brand se lo cuenta a Murph y ésta a su padre mediante el mensaje) con coros in crescendo y tonos oscuros, que referencian el fracaso al que se enfrenta la misión. Y por último, hay un tema que aparece en ñas escenas con tormentas de polvo, con metales y vientos graves, como si del viento asfixiante se tratara (Dust Storm, Running Out). En cuanto a las secuencias aisladas, de acción o referidas a los planetas extraterrestres, son músicas arcaicas, primitivas, atonales incluso (inicio de Coward o de Mountains), dónde se mezclan sonoridades modernas (es el futuro lo que buscamos pero en un sitio mucho más antiguo que nosotros) como el sintentizador, o versiones más frenéticas del órgano (Eject, Our World).
Tras este profundo análisis, se puede apreciar el descomunal trabajo de Zimmer, que prácticamente ha asumido comportarse como un experto en ciencia y como un ser superior que esta guiando la misión, acompañándola. Se aprecia además otro elemento fundamental para el éxito de una banda sonora,: complicidad y perfecta comunión con el director y lo que busca reflejar con su película. En definitiva, una obra única e irrepetible, que será por mucho tiempo, el máximo escalafón del género de las óperas espaciales, una obra de referencia en el cine y en la filmografía de Zimmer y un hito de nuestro tiempo, que costara volver a ver. Disfrutemosla y sintámonos agradecidos y afortunados. Saludos genios.