Espectacular crónica de los dos años de campaña de un atormentado oficial británico que se infiltró entre los árabes y su relación con un caudillo árabe.
Uno de los grandes clásicos de la música cinematográfica. Música solemne, algo afligida y con espíritu épico, en la que el compositor aplicó el tema principal para la inmensidad del desierto, los personajes en lucha y finalmente también Lawrence. Una secuencia cobró especial significado: la del rescate del hombre que cae desmayado en pleno desierto y al que el protagonista salva. A medida que el joven observa cómo la imperceptible sombra de Lawrence aparece en el horizonte, el tono de la música se incrementa hasta llegar a su máximo éxtasis en el encuentro, donde se alcanza unas cotas de espectacularidad y emotividad pocas veces conseguidas en la historia del cine, y supuso el punto de inflexión de la adscripción del protagonista a lo representado por la música.
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