Animación e imagen real con las aventuras del pato Donald acompañando a un hombre en busca de un diamante desaparecido.
Frenética y ecléctica banda sonora en la que el compositor homenajea a los clásicos en la música de animación, especialmente a Carl Stalling, con temas ágiles, cambiantes, muy precisos. Emplea guitarra eléctrica o el acordeón, entre otros instrumentos, en función del lugar del mundo donde se ubique la acción y se destaca por su sentido del humor.