Remake de The Fly (58) sobre los terroríficos experimentos de un científico que logra trasladar materia de un lugar a otro. Por error, una mosca se introduce en la cabina cuando prueba ese experimento personalmente, transformándose desde entonces y de forma progresiva en un horrible monstruo.
Extraordinaria y angustiante partitura que recrea tanto el horror explícito como el implícito de la película. El compositor, además de acompañar la acción y la progresión degenerativa del personaje, aplica su música para que sea la más diáfana expresión del tormento psicológico interno del personaje, a modo de desesperados lamentos de dolor. Se acompaña de La mosca II (89).