Una pareja de recién casados -ella está embarazada- llega a una pequeña isla mediterránea, pero la encuentran misteriosamente desierta. Pronto, comienzan a encontrar gente muerta y a unos niños que les espían. Para ellos será el comienzo de una terrible pesadilla.
Angustiante y soberbia partitura en la que domina una melodía ligera de aire pop como tema principal. Su sentido bucólico e idílico se refuerza con un canto de voces infantiles. Este tema tan cálido y emotivo resulta ser una pura apariencia que, en principio, cumple con el propósito de dar relajación al terror, pero que acaba siendo el elemento más turbador y angustiante de la banda sonora, que en este caso está repleta de temas tensos y violentos, de corte vanguardista. Se trata de una de las bandas sonoras más importantes de la historia del cine español. Se acompaña de La residencia (69).
Ágora: Las Mejores BSO