Versión cinematográfica de la inmortal tragedia de Shakespeare sobre los dos amantes de Verona cuyas familias tratan de separar, con fatales consecuencias.
Una de las partituras más emblemáticas de la historia del cine en general y del género romántico en particular. El compositor tomó como propias las palabras de Shakespeare de que "la música es el alimento del amor" y edificó una apabullante banda sonora en la que recurrió a instrumentación de la época pero aplicada en melodías contemporáneas. Eso ayudó a sintonizar con el público joven y contribuyó a que el filme tuviera un enorme éxito comercial. Su tema de amor, tan bello y triste a la vez, alcanzó también mucha popularidad.
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