Videojuego secuela de Star Wars Jedi: Fallen Order (19). Segunda aventura de Cal Kestis, al que acompañaremos en su lucha cada vez más desesperada mientras la galaxia se hunde en la oscuridad. Empujado al exilio por culpa del Imperio, deberá guardarse de nuevas y viejas amenazas. Como uno de los últimos Caballeros Jedi, debe hacer frente a los tiempos más oscuros de la galaxia, pero ¿hasta dónde está dispuesto a llegar para protegerse a sí mismo, a sus seres queridos y al legado de la Orden Jedi?
Reseña de Ignacio Marqués Cuadra
CONTIENE SPOILERS
Antes de empezar, en el siguiente video seleccionamos un fragmento representativo de cada uno de los temas centrales que se comentan en la reseña:
I. INTRODUCCIÓN
Star Wars Jedi: Fallen Order (19) fue la exitosa primera entrega de la que será una trilogía sobre las aventuras del Jedi Cal Kestis (tras el éxito que ha tenido Survivor, una tercera parte de cierre de ciclo está más que asegurada). Como parte canónica de la saga Star Wars, es mucho y muy novedoso lo que el primer videojuego explicaba acerca de lo ocurrido con los Jedis perseguidos por el Imperio y los Inquisidores tras la Orden 66 –desde luego mucho más fascinante que lo que se nos cuenta en series como Obi-Wan Kenobi (22)– con una historia y unos personajes interesantes y que, como videojuego de la saga, nos permitía explorar rincones de la Galaxia como ningún otro juego lo había hecho anteriormente. El compositor Gordy Haab, considerado ya todo un veterano haciendo música de Star Wars manteniendo el estilo de John Williams, junto al también experimentado compositor de videojuegos Stephen Barton, lograron crear una suerte de gran capítulo musical dentro de la saga. Esta banda sonora contó con la suficiente entidad para no sentirse dependiente o a la sombra de Williams (al que prácticamente casi nunca citan) sino continuando su legado de forma orgánica, natural y haciendo mucha justicia a su estupenda música para la saga cinematográfica. Los compositores lograron hacer de la magnífica narrativa del videojuego uno de sus puntos más fuertes con un gran número de temas centrales nuevos que ya son icónicos en la saga y que servían para explicar a los personajes y apoyar la historia, además de recrear musicalmente toda la ambientación desde el optimista punto de vista del joven Jedi Cal Kestis. Y, por supuesto, también respetar la manera en que un seguidor de la saga siempre espera que suene la fantástica galaxia de Star Wars.
Survivor, la segunda entrega que ahora nos ocupa, transcurre cinco años después de los acontecimientos del primer videojuego. Seguimos las nuevas aventuras de un Cal Kestis mucho más experimentado, un curtido Caballero Jedi que se ha impuesto como principal propósito combatir al Imperio. Su nueva obsesión por acabar con aquellos que le arrebataron su hogar y acabaron con su maestro lo hacen ahora un guerrero mucho más letal. Esta motivación, o incluso obsesión, ha sido bien llevada a la música concediéndosele al Imperio un nuevo tema central, muy poderoso, pero también venenoso, que actúa la mayoría de las veces como contratema del tema de Cal y que afecta al personaje de una manera mucho más interna que externa, presionándole y oprimiéndole. Todo esto lo explicaremos en profundidad más abajo. Por otro lado, Survivor es un videojuego que en general nos habla sobre los límites a la hora alcanzar un propósito, hasta dónde se está dispuesto a llegar con tal de ver ese propósito cumplido y los dilemas que surgen por el camino a la hora de poder tomar ventaja recurriendo al Mal (en este caso, a la Oscuridad). Es por estas dos razones que la música de esta segunda parte es mucho más oscura que la del primer videojuego, pues trata de complementar un poco todos estos argumentos del juego que se abordan de manera diferente a través de tres personajes: Cal, Dagan y Bode; y cuyo objetivo común es encontrar Tanalorr, un planeta oculto que podría servir para vivir a salvo del Imperio.
II. TEMAS CENTRALES
A continuación, se explica más pormenorizadamente el sentido o la evolución de todos los temas centrales, de los cuales se reutilizan hasta cinco del primer videojuego, por necesidades de la historia: el de Cal Kestis, el de BD-1, el de Eno Cordova, el de Cere Junda y el de Merrin.
Desde que al principio del juego queda bien expuesta la determinación de Cal por dar al Imperio una lucha sin cuartel y acarrear sobre sus hombros la enorme responsabilidad que conlleva ser uno de los últimos Jedi con vida –seguir por la senda correcta, básicamente– el personaje no tardará en empezar a tener dudas cuando el precio de la pérdida sea demasiado alto, cuando en su relación con Merrin se vea en la tesitura de faltar a los códigos Jedi y, en última instancia, cuando no le quede otra que recurrir a los poderes oscuros para poder avanzar o sobrevivir. Lo cierto es que el luminoso y optimista tema del Caballero Jedi conoce en esta nueva entrega numerosas variaciones que, en todo caso, mantienen muy viva la alineación luminosa del personaje, a pesar de sus dudas o el coqueteo con las artes oscuras. En la mayoría de las ocasiones, el tema se muestra heroico y determinado en el combate, como reflejo de la confianza que el personaje ha aprendido a tener sobre sí mismo cuando hablamos de destreza en el manejo del sable láser y de la Fuerza. También, como reflejo de la percepción que el resto de personajes tiene sobre él, como guerrero servidor del Bien. Son especialmente interesantes y épicos los duelos musicales que se producen entre su tema y el del Imperio en muchas ocasiones a lo largo del juego.
De entre todos los temas nuevos creados para esta entrega probablemente el del Imperio sea el más brillante, destacado y recurrente durante la aventura. Es la primera música que oímos nada más apretar el botón de iniciar una nueva partida y se posiciona en primerísimo plano, contaminándolo todo mientras la nave en la que viaja un prisionero Cal sobrevuela Coruscant. Ya desde la primera cinemática entendemos que este tema no funciona tanto como un tema externo, de la facción en sí, sino desde el punto de vista de Cal y lo que siente por el Imperio, su deseo incesante de luchar contra él y la forma en que el tema lo presiona internamente cada vez que aparece, casi como un veneno. A veces, en algunos escenarios, incluso se anticipa a los soldados de asalto que se encuentran mucho más adelante y es como si Cal pudiera sentirlos desde lejos, como si la música avisara al jugador (haciéndole saber que Cal está pensando en el Imperio).
El arco dramático de este antiguo Caballero Jedi de la Alta República es sencillo, pero está muy bien abordado musicalmente. Se trata de un personaje cuya historia sería largo de explicar pero, resumidamente, se explica en dos líneas temporales diferentes, ya que el personaje ha permanecido durante doscientos años en un tanque de bacta, hasta que Cal lo descubre. Por un lado, la historia de su pasado nos cuenta que este Jedi trató de abrir un nuevo templo Jedi en el planeta oculto Tanalorr, pero la Orden Jedi acabó interponiéndose. Nada más haber despertado de su letargo, doscientos años después, el personaje se propone volver al añorado planeta renegando de los Jedi y haciendo sangrar su sable láser. Esta doble faceta del personaje, la de antiguo Caballero Jedi y la de Jedi corrompido, es llevada a la música, mediante el uso de dos temas centrales.
El primer tema es el que nos habla del distinguido Caballero Jedi de la Alta República y también de su fantasía por abrir en Tanalorr un nuevo templo en el que adiestrar a los Jedi. Es musicalmente muy evocador y aporta al personaje ese fantástico halo de antiguo guerrero Jedi. El segundo tema tiene un arranque musical relacionado con el del primer tema pero un desarrollo diferente, resultando más violento (se utiliza en todos los combates en que Cal le hace frente) y que pierde por completo esa aura tan evocadora que sí le otorga el primer tema.
Rayvis es el lugarteniente de Dagan Gera. Es el líder de una banda conocida como los Piratas del Caos, asentada en Koboh y que se ha hecho un ejército de droides de la República. Se trata de un tema que no narra ni explica nada más allá de aportarles tanto a Rayvis como a los piratas una bandera musical distintiva, que los destaca sobre el resto de facciones o enemigos del juego que no tienen tema propio y, por ello, los eleva como una amenaza mayor.
Este personaje es el eje del gran giro argumental que se produce en el desenlace del videojuego. Durante aproximadamente las primeras dos terceras partes del juego, Bode es el típico aliado leal que querrías tener de compañero de trinchera y así es como es tratado musicalmente: con un tema altamente carismático y enfático, que en numerosos momentos de acción incluso se intercala con el tema de Cal para ofrecernos algunos de los pasajes musicales más épicos de todo el juego. Cuando Bode traiciona a Cal y se descubre que, además de un espía que trabaja para el imperio, también es un Jedi, su tema inmediatamente se oscurece y pierde por completo ese aire de camaradería que anteriormente le otorgaba al personaje. Bode, al igual que Dagan Gera, planeaba hacerse con la brújula que permite llegar a Tanalorr y, así, poder vivir a salvo del Imperio con su hija Kata.
Muy al final de la historia principal del videojuego se nos presenta a la hija de Bode. Su tema desprende inocencia, pureza y bondad, generando emociones encontradas en el jugador de cara al inevitable duelo a muerte contra su padre. Y, si se le otorga un tema propio es también porque cabe esperar un protagonismo y evolución importante del mismo en la próxima entrega, que en principio cerraría esta trilogía de videojuegos.
La poderosa maestra Jedi cuenta con uno de los mejores arcos dramáticos del videojuego, que acaba cerrándose de una manera espectacular y emotiva hacia el final de la aventura gracias, entre otros aspectos dramáticos y de jugabilidad, a la manera en que se crece su tema. Si en la primera entrega no conocíamos hasta muy tarde que el personaje era una Jedi, su luminoso y lírico tema dejaba entrever desde antes que era un personaje especial que aún tendría que jugar un papel importante. Con la ayuda del maestro Cordova, ambos maestros se proponen crear una base segura donde reunir todo el conocimiento de los Jedi y, de algún modo, hacer resurgir la orden. Antes de llegar a su base, es interesante que su tema se anticipe en varias ocasiones evocando al personaje cuando aún nos estamos adentrando en el desierto y las ruinas de Jedha, rumbo su base. Sin embargo, es en un ataque sorpresa del Imperio, dirigido por el propio Vader para vengarse de la Jedi, donde el tema toma el liderazgo musical absoluto de la batalla por medio de variaciones muy épicas y heroicas que llevan al personaje a un estado casi de catarsis cuando finalmente se enfrenta al imbatible Darth Vader. Tras su muerte, el personaje seguirá sintiéndose presente en algunas ocasiones, gracias a su música y a que conseguirá comunicarse con Cal por medio de la Fuerza.
Una de las grandes sorpresas que se reserva el videojuego es que Cal por fin conoce en persona a este estudioso y sabio maestro Jedi, al que en el primer videojuego había que seguirle la pista y llegábamos a conocerlo un poco mediante hologramas y numerosas grabaciones que BD-1 (su antiguo droide) iba reproduciendo a lo largo de la aventura. Su tema musical, muy plácido, evocaba el carácter pacífico y sereno del venerable maestro, siendo uno de los temas más importantes desde un punto narrativo ya que, aunque el personaje no estuviera con nosotros, su música hacía que estuviera presente cada vez que la oíamos.
En esta segunda entrega, al tenerle en todo momento presente, su tema ya no tiene la misma importancia y es utilizado muy ocasionalmente. Es una lástima que los creadores del videojuego no le hayan dado más espacio y desarrollo (como sí han hecho muy bien con Cere) porque después de las enormes expectativas que se generan cuando Cal se encuentra por primera vez con el maestro, la relación entre ambos Jedi acaba resultando muy desaprovechada. Por tanto, su tema tiene muy poco recorrido.
El vigoroso tema de la Hermana de la noche se vuelve aún más poderoso en esta segunda entrega. Cobra una mayor importancia desde que ella y Cal unen fuerzas como compañeros de viaje en muchas misiones y, además, surge una relación sentimental entre ambos personajes. En algunas situaciones desesperadas de difícil escapatoria en las que Cal no tiene más remedio que de dejarse llevar por los poderes de Merrin (por ejemplo, entrando en los portales que ella crea para poder avanzar) el tema es interpretado por poderosos coros y orquesta, no solo enfatizando su magia y el enorme poder que puede convocar sino también exponiendo la confianza total que Cal deposita en el personaje al ponerse en sus manos.
Probablemente, el simpático tema del droide sea el menos importante de todos en este segundo capítulo, incluso con un uso más limitado que en Fallen Order. La mayoría de sus apariciones se reducen prácticamente a los momentos en que conseguimos un nuevo vial de estimulantes para Cal y a contadas ocasiones en las que el droide realiza alguna acción singular o cómica, o a alguna situación en la que aporta algo de optimismo. En cualquier caso, el droide expresa a menudo todas sus impresiones a través de sus característicos sonidos, de una manera muy expresiva y, por ello, no es realmente necesario recurrir a su música con una mayor frecuencia.
III. MÚSICA AMBIENTAL Y MÚSICA INTERACTIVA
Aunque las bandas sonoras de esta serie de videojuegos se caracterizan principalmente por su poder narrativo y dramatúrgico, con un alto porcentaje de la música dispuesta para servir a la historia principal, cabe también destacar cómo es tratada la música ambiental, que muchas veces no pierde un ápice de calidad o elaboración. En esta segunda entrega, la música ambiental ha dado un paso adelante (aunque sigue teniendo margen para seguir mejorando) y ahora hay planetas como Koboh que cuentan con un tema propio bastante recurrente y variado allá por donde vayamos. Siendo que este planeta (el más grande del videojuego) es realmente extenso, enriquece mucho la esperiencia de exploración el encontrar tantas versiones diferentes del tema en según qué zonas nos encontremos. No sucede en el resto de planetas (en cualquier caso, mucho menores que Koboh).
En cuanto a la música interactiva también se aprecia un pequeño salto adelante, pese a lo difícil que resulta con una música tan melódica, instrumental y colorida, no dividida en capas, que no se note que se corta cuando se desvanece o transita hacia otro fragmento diferente al adentrarnos en otra zona, independientemente de que esos desvanecimientos y transiciones estén bien hechos. No siempre sucede y casi en ningún caso supone un lastre para la experiencia de juego, pero siempre será algo mejorable y más controlable desde la programación, la planificación de los límites donde ha de sonar cada fragmento y la escritura de la propia música.
IV. CONCLUSIÓN: LA VERDADERA MÚSICA DE STAR WARS
Visto el gran éxito que afortunadamente están teniendo estos videojuegos cabe preguntarse por qué en tantas series de televisión que se producen últimamente sobre Star Wars (y con excepción del estimable Kevin Kiner) se está recurriendo a una música que no solo es de mucho peor calidad (musicalmente y también narrativamente) sino que muchas veces se siente que es ajena a la saga, que no hace sentir a la audiencia que esa historia es de Star Wars.
En el feliz momento en el que uno se dispone a adentrarse en estos videojuegos –que lo mismo sucede con los dos Star Wars: Battlefront (15) o incluso Star Wars: Squadrons (20)– y se encuentra con esta música de clase A, tan elaborada, tan sumamente espectacular, al mismo tiempo que comprometida con lo que se está contando, es cuando realmente se entiende lo mucho que podrían haber mejorado algunas series como la citada Obi-Wan Kenobi. Es una pena porque tanto Fallen Order como este Survivor rozan en no pocos momentos el nivel de John Williams ofreciendo nueva música fresca y original, explorando nuevos caminos que quizás el maestro no tuvo oportunidad de tomar en sus tres trilogías pero siendo absolutamente respetuosa con su legado. La buena noticia es que dentro de unos años Haab y Barton volverán una vez más para deleitarnos con más música de Star Wars. De la auténtica.