Gane quien gane este sábado el Premio Goya a la mejor música, estará bien otorgado y será merecido, lo que no siempre ha sucedido en estos galardones, como tampoco con tantos otros. Son las de este año cuatro bandas sonoras de mucho interés en lo musical pero especialmente en lo cinematográfico, y son obras de compositores y compositoras que de modo bien intuitivo o programado han aportado una suma, por pequeña que sea, no solo al cine de España sino al cine en general. Aparentemente Roque Baños parte como favorito con Adú (que es el filme con más candidaturas, trece), por la que ya ha ganado el premio del Círculo de Escritores Cinematográficos, aunque muchas son las opciones que tienen Koldo Uriarte y Bingen Mendizábal gracias a Baby, que les hizo merecedores del premio MundoBSO a la Mejor BSO Española y también los premios Feroz y el del Festival de Sitges, pero de momento es la única banda sonora de las candidatas pendiente de edición, lo que en principio no debería haber influido en las votaciones pues es de preveer que la gente que vota ha visto el filme de Bajo Ulloa. Sería una sorpresa -siempre grata- la victoria de Aránzazu Calleja y Maite Arrotajauregi por Akelarre, o la de Federico Jusid por El verano que vivimos, probablemente la que parte con mayor desventaja por la mucho menor relevancia de la película en comparación con las otras.
Mi parecer sobre cada uno de esos trabajos está expresado en las respectivas reseñas, y no voy a ocultar que me haría muy feliz ver a Uriarte y Mendizábal ganar el Goya, pero desde luego no me daría infelicidad que el premio le fuese otorgado a cualquiera, porque como he indicado todas tienen algo que merece ser aplaudido. Hace un par de semanas invité a todos los y las finalistas a responder tres preguntas comunes y una específica y muy amablemente accedieron y, no solo eso, explicaron cosas con las que pusieron en más valor las creaciones por las que han sido elegidas entre lo mejor del año por la Academia.
El sábado se sabrá quién ha recibido más votos, pero el premio ya está dado: lo hemos recibido quienes amamos la música de cine, no solo por los valores musicales sino muy especialmente por los dramatúrgicos y cinematográficos de las cuatro finalistas. Roque Baños, Federico Jusid y Bingen Mendizábal son veteranos y curtidos navegantes; Aránzazu Calleja y Maite Arrotajauregi llevan menos tiempo sorteando oleajes pero tripulan bien, y Koldo Uriarte acaba de zarpar para surcar los mares de la música en el cine. Gane quien gane el Goya de este año no será un Goya sordo ni ciego.