¿Llegará la Inteligencia Artificial a reemplazar a los compositores de cine? Llevamos tiempo escuchando advertencias sobre los peligros potenciales de la IA, del ChatGPT, etc., tanto por cuestiones de seguridad como por la pérdida de puestos de trabajo en distintas profesiones. En las relacionadas con el mundo del cine se avisa que incluso podría llegar a sustituir a intérpretes, dobladores, guionistas, diseñadores de sonido... de hecho, sin ir más lejos, ya hay programas que crean letras de canciones ad hoc, a partir de unos parámetros básicos.
¿podrá la inteligencia artificial crear bandas sonoras y convertir a buena parte de los compositores en gente obsoleta y prescindible? Sabemos que la creación artística tiene mucho de inteligencia pero también de sensibilidad, de compromiso, de entendimiento, de sinergias... ¿qué sensibilidad, compromiso, entendimiento y sinergias puede establecer la inteligencia artificial? Pues es probable, en un futuro no sé si acorde a los descritos por George Orwell o por Arthur C. Clarke, que la inteligencia artificial llegue a tener esas capacidades. Actualmente, Google ya tiene un modelo, MusicLM, que genera música de alta fidelidad a partir de descripciones de texto. En cualquier caso, lo que no es probable sino seguro e indeseable es lo que ya está sucediendo en el presente: la deshumanización de la música, su transformación en algo meramente industrial, y no solo por esos grandes archivos o bibliotecas que acumulan incontables horas de músicas dispuestas a ser utilizadas previo pago para cualquier cosa.
Algo así viene sucediendo desde hace mucho: ya los estudios cinematográficos en los cuarenta y cincuenta hacían uso de los stock music, músicas que se reutilizaban en varias películas. Pero esas prácticas no son comparables a las actuales, las que denunció Stephan Eicke en su libro The Struggle Behind the Soundtrack, que comentamos en varios artículos y entre ellos uno especialmente grave, el dedicado a la empresa Cutting Edge: si un director quiere la música de un compositor para su película pero no quiere o no puede contar con ese compositor, le basta con pagar por ella para tener en su película, pudiendo además ser regrabada y remezclada.
Como comento, es un agravamiento de algo que ya se hace en con la música de cine desde sus albores, aunque de un modo más severo, por lo que no parece que pueda haber duda alguna sobre lo que sucederá cuando la IA pueda crear música a demanda: los mismos de la industria que ahora desprecian el trabajo de los compositores le darán el máximo valor a la música más artificial. Es solo cuestión de tiempo y me temo que será una batalla completamente perdida.